Una pareja boliviana que se conoció trabajando en Save the Children celebra el amor ayudando a niños, niñas y adolescentes
La Paz, 14 de febrero – Este Día de San Valentín resaltamos la historia de Belinda, quien participó en programas de Save the Children cuando era niña y que ha retribuido a los niños, niñas y adolescentes de su comunidad a lo largo de su vida adulta como voluntaria y colaboradora de Save the Children. Conoció al amor de su vida en un programa de la organización siendo ambos voluntarios. Su testimonio refleja su resiliencia, valentía y el poder de organizaciones como Save the Children para dar a los niños, niñas y adolescentes una mejor oportunidad de aprender, sobrevivir y prosperar.
Belinda, que ahora tiene 37 años, es una mujer de Oruro, en el oeste de Bolivia. En la década de 1980, recuerda que muchos niños, niñas y adolescentes de su comunidad solían pasar hambre en épocas de frío extremo, ya que las cosechas se echaban a perder y no tenían mucho acceso a los alimentos. A los diez años, los padres de Belinda la inscribieron en un programa de Save the Children, que le proporcionaba material escolar y le daba acceso a una biblioteca durante las vacaciones escolares.
Belinda recuerda:
«Recuerdo que vinieron a mi colegio y dijeron a los acudientes que iban a poner en marcha unos programas educativos.
Agradezco que la organización se pusiera en contacto conmigo cuando tenía 10 años. Y que me diera la oportunidad de participar, aprender y crecer».
«Sentí que me trataban con respeto. Trabajamos en dinámicas de grupo y compartimos con otros estudiantes, fue interactivo e interesante. Sentí el derecho a expresarme».
Belinda recibió apoyo hasta los dieciocho años, tras lo cual decidió devolver algo a la comunidad y se hizo voluntaria de Save the Children. Fue en este programa de voluntariado donde Belinda conoció a su esposo, que también era voluntario. La pareja se conoció mientras impartían talleres en escuelas locales, empezaron a salir y más adelante se casaron:
«Como nos llevábamos muy bien y compartíamos algunos pensamientos y conexiones comunes, decidimos casarnos. Y así lo hicimos».
«Ahora tenemos dos niñas. Tengo dos hijas. Una tiene siete años y la otra cinco. Son mi luz y también mi fuerza».
Después de graduarse en la universidad, Belinda empezó a trabajar con Save the Children. En su puesto más reciente se desempeñó como Gestora Técnica de Proyectos, Belinda ayudó a niños y niñas menores de cinco años a empezar la vida de la mejor manera posible, prestando apoyo a casi 200 padres, madres y cuidadores, explica:
«Trabajamos la higiene dental, el lavado de manos, el consumo de agua potable, que es muy importante».
Belinda y su esposo comparten una conexión de toda la vida con Save the Children, gracias a que se conocieron como voluntarios hace tantos años, dijo:
«Como mi esposo también era miembro del grupo de adolescentes, ambos estamos conectados a través de ese apoyo a la organización y a los adolescentes, niños y niñas».
Save the Children trabaja en Bolivia desde noviembre de 1985. La organización benéfica se centra en la educación, la salud y la nutrición, la protección de la infancia, la pobreza infantil, la gobernanza y las emergencias humanitarias. En 2023, la organización apoyó a 122.089 personas, entre ellas unos 83.000 niñas, niños y adolescentes.